martes, 6 de diciembre de 2011

¿Son las malas palabras realmente tan malas?

Proyecto Cartele
VOLUNTARIADO PARA EL MEJORAMIENTO CULTURAL... MOVIMIENTO HACIA UN EXCELENTE VIVIR.

¿Será cierto eso de que sin las malas palabras viviremos vidas más plenas y respetables?

¿Quién de nosotros no ha sido censurado, cuando no, castigado, en su infancia por decir malas palabras? Yo desde chica no entendía el motivo de la censura, de ese potente y repentino shhhhh, del "eso no se dice"... ¿por qué no se puede decir lo que es parte de nuestro idioma y está ahí para nosotros? Con el tiempo aprendí que el problema no está en las palabras en sí mismas sino en las circunstancias y contextos en donde las decimos, en la intención y expresividad con que las lanzamos a un otro y cómo este otro las recepta. Pero aún aquí yo me maravillo con las lenguas, porque se nos ofrecen en todas sus posibilidades y siempre nos dejan abiertas la puerta para seguir jugando con ellas, probándolas, cambiándolas, inventándolas y reinventándolas.
Nuestro genial Roberto "el negro" Fontanarrosa no pudo haberles rendido mejor homenaje en su histórico y agudísimo discurso en el III Congreso Internacional de la Lengua Española en Rosario, allá por el año 2004. Aquí va su discurso. ¡Disfrútenlo!



¿Qué piensan ustedes de las malas palabras? ¿Qué impacto tienen en sus propios idiomas o lugares donde viven?

1 comentario:

  1. La blasfemoterapia es toda una ciencia. Está científicamente comprobado que vituperar es salud!

    http://jordibusque.blogspot.com/2011/12/algunos-pros-y-contras-de-la.html

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